Moro, el perro de los entierros.

Moro, más conocido como el perro de los entierros, fue un animal que vivió en Fernán Núñez (Córdoba) en la década de 1970 y primeros años de los 80. Era un perro vagabundo que se caracterizó por algo aparentemente insólito: parecía tener un sexto sentido relacionado con la muerte.

Orígenes

Algunos dicen que Moro llegó a Fernán Núñez después de haber sido abandonado por algún transportista. Otros creen que era la mascota de algún vagabundo y, al morir éste, el animal veló el cadáver durante largo tiempo. Sea como fuere lo único que sabemos a ciencia cierta es que Moro existió, pues se tiene prueba de ello, y que su historia fue muy peculiar.
Hechos

El perro Moro acudía a los domicilios de personas próximas a morir, apostándose en las cercanías de la casa, como si fuese capaz de presentir la muerte que se acercaba. Una vez acaecido el fallecimiento, Moro acompañaba a la comitiva fúnebre que se desplazaba desde la iglesia hasta el cementerio. Se especula con que fueron más de 600 los entierros a los que Moro acudió.

Temor

Poco a poco se fue propagando el temor hacia el animal. Dado que la muerte parecía arribar a las casas que Moro visitaba, las familias, sobre todo si tenían miembros enfermos, se inquietaban ante la presencia del animal. Nadie quería que el perro se acercase a su casa y por eso lo espantaban violentamente.

A pesar de todo parece ser que una mujer llamada Carmela lo alimentaba y cuidaba pudiendo ser ella quien le bautizase con el nombre de Moro.

Corría el año 1983 cuando unos muchachos acabaron con la vida del perro Moro, quien tras recibir una brutal paliza, murió después de una lenta agonía.

Controversia

Se ha puesto en duda la supuesta anormalidad de los hechos acontecidos en torno a la figura de Moro. Se creía que este comportamiento se correspondía con el lógico interés del animal por la aglomeración de personas puesto que en las casas de los enfermos terminales y en los velatorios se producía un continuo ir y venir de gente. Por ese motivo el perro se acercaría esperando caricias o comida. Por los mismos motivos acudiría a los entierros. Pero esta explicación no es válida para dar respuesta al extraño comportamiento de Moro. Y es que, según los testigos, Moro no acudía a otras reuniones de gente como podrían ser los bautizos, las comuniones o las bodas que también se celebraban en la misma iglesia, ni acudía a las casas de donde partían los protagonistas de estos acontecimientos.

Leyenda

Tal fue el revuelo levantado por el comportamiento de este curioso perro que algunos medios nacionales e incluso la televisión alemana se hicieron eco de esta historia.

Más allá de los hechos documentados existía una serie de creencias que no podemos afirmar a ciencia cierta. Por ejemplo:

* Se ha comentado que Moro se apostaba en la carretera y, al cabo de varias horas, llegaba al pueblo un coche fúnebre que transportaba el cadáver de algún oriundo de Fernán Núñez que hubiese fallecido fuera del pueblo.
* Era tal el temor de los vecinos de la localidad que parece ser que intentaron deshacerse de Moro en varias ocasiones metiendo al animal en camiones de transporte sin que sus conductores lo supiesen. De esta manera se comenta que Moro acabó en Granada y en Ciudad Real apareciendo de nuevo en Fernán Núñez pasados unos días para asombro de todos.
* Moro fue enterrado en una fosa cavada en un paredón cercano al pueblo. Se comenta que este paredón se derrumbó pasado un tiempo sobre la tumba del animal, como si "algo" quisiera sellar la tumba de Moro para siempre.

Visto todo esto se puede decir que la historia del perro Moro, curiosa cuando menos, cuenta con todo lo necesario para entrar a formar parte de la numerosa lista de leyendas que tienen como protagonistas a nuestros amigos los animales.

fuente:fenomenosparanormales.suite101.net